19 de marzo de 2014

LA DUDA. JBV.


Abría los ojos con pesadez, sentía que de nuevo había tenido unos sueños fantásticos…, mi cuerpo aplastado en el colchón y mi mente adormilada, trataba de recordar esa parte que a medias, había vivido sin tener un final. La buscaba, intentándolo una y otra vez, las escasas escenas que recordaba, en las que fueron desarrollándose las imágenes, de una vida sencilla y maravillosa; un mundo de color: miles en primavera, el marrón en otoño, el gris en invierno y el naranja en verano.
          Noté cómo la luz de un nuevo día entraba por la ventana, miré hacia el hueco y vi el cielo azul, una pequeña sombra la cruzaba una y otra vez, pero finalmente entendí, que era producida por el vuelo de un ave. Pensé que sería un gorrión porque los oía cantar. “Lo hacían todos los día al amanecer”. De pronto, un gorrión se posó en el alféizar de la ventana y dudó entrar. Daba saltitos de un lado a otro, piando, y mirando con un ojo hacia mí entre las deprimentes rejas y con el otro, al mundo.
         A mi pesar, comprendiendo sus dudas, su desconocimiento, no tuve más remedio que gritarle. ¡Vete de aquí, no entres! ¡No ves que me pasó lo mismo que a ti! Sí, que sin pensar en la vida el pie en la jaula metí. ¡Vete de aquí, no entres! Hoy estoy recluido en este cajón de colores sí, me recuerdan lo vivido pero me engañan ¡no son colores naturales! Pero por el cielo te juro, que algún día saldré, te buscaré y cuando te encuentre amigo…
         Ahora no puedo, aún me queda, por ello te suplico. ¡VETE DE AQUÍ!


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