13 de marzo de 2014

LA MANO. Maria del Mar Alvarez


Parece ser, el Dr Alejo había pasado los últimos años de su vida investigando sobre biomecánica.
Esta ciencia se había convertido en su gran obsesión, hasta el punto de llegar a amputar la mano de un cadáver del depósito del hospital donde prestaba sus servicios.
Quería analizarla e investigar, creó un circuito biomecánico y lo instaló en su interior.
Pasaba las noches en vela , obsesionado con lograr el exíto en su experimento.
Una noche mientras trabajaba con su ordenador, observó cómo la mano comenzaba a moverse, realizando lentos y torpes movimientos con los dedos. ¡Lo había conseguido! ¡La mano tenía vida propia!
Poco a poco iba consiguiendo grandes progresos como, agarrar objetos con precisión e incluso teclear el ordenador.
Estaba muy entusiasmado por que había conseguido algo revolucionario, pero a la vez se sentía agotado, se dejó caer en la cama y rapidaménte quedó sumido en un profundo sueño.

Pasadas unas horas notó una suave caricia en el cuello, pensaba que esto formaba parte de su sueño, pero cuando tomó conciencia ya la mano le presionaba la garganta con una fuerza arrebatadora. Si, murió estrangulado, pregúntandose en qué había fallado para que su macabro experimento y la ciencia se volviesen contra él.

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